mucha gente pequeña en muchos lugares pequeños...

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domingo, 10 de mayo de 2015

#BusAhora: Ruta por el Madrid del mal gobierno y las iniciativas de la esperanza real

Durante la jornada de hoy, domingo 10 de mayo, Ahora Madrid recorrió en autobús diversos puntos negros urbanísticos de la ciudad, que han sido señalados por sus propias vecinas y vecinos, así como otros espacios en los que se evidencia una acción ciudadana que regenera y llena de sentido pequeños rincones de Madrid con grandes horizontes para la cohesión social y la construcción de una ciudad mejor.

Vecinas y vecinos de distintos barrios de Madrid explicaron directamente a algunas personas de la candidatura (Nacho Murgui, Yolanda Rodríguez, Rodrigo Calvo y Ana Mendez) así como al resto de participantes en la ruta las problemáticas de cada territorio. También propusieron alternativas, que llevan trabajando desde hace años, y las contrastaron con las propuestas del programa de Ahora Madrid.


El recorrido, titulado “Ruta por el Madrid del mal gobierno y las esperanzas de ahora” arrancó en las cocheras de Cuatro Caminos. Álvaro Bonet, de la plataforma Salvemos Cuatro Caminos, y Pablo Hernández, del colectivo Corazón Verde Chamberí, explicaron allí a la comitiva la infrautilización de las instalaciones y sus reivindicaciones para el barrio, que incluyen la transformación de las cocheras en un museo del metro así como la ampliación de las zonas verdes en el distrito.


Durante el primer traslado, Vicente Patón y Alberto Telleria, de Madrid, ciudadanía y patrimonio (Asociación en defensa del patrimonio histórico, artístico, cultural, social y natural de la Comunidad de Madrid) junto con activistas de la zona explicaron la operación “PERI Paseo de la Dirección“, ejemplo trágicamente novedoso el el que el planeamiento de lo público lo desarrollan privados y que trae de cabeza a los habitantes del barrio. Los cambios de “expectativas de beneficio” del gestor privado –Dragados (ACS) – han forzado diversas modificaciones del plan (y el retraso en la edificación de las viviendas de realojo), que choca con el objetivo vecinal de un plan pensado para el interés general y la rehabilitación del barrio, no para el beneficio y la codicia del adjudicatario. Algo que pone en duda de que el aprovechamiento final sea para sus actuales habitantes, que sufren derribos y obras interminables mientras ven amenazada una zona que podría ser un privilegiado balcón hacia el oeste, pero está convertida en un problema irresoluble.

A continuación comentamos el desmantelamiento del IVIMA con Nacho Murgui. La venta de cinco mil viviendas a fondos buitre, una operación en la que Esperanza Aguirre tiene una gran responsabilidad política por haber sido facilitada estando ella en el cargo y desatendiendo la necesidad urgente de parque de vivienda pública en nuestra ciudad.

La ruta pasa junto al mercadillo dominical de la avenida de Asturias. En sus bordes se concentran algunas de las viviendas del IVIMA extraídas a sus vecinos para poner en manos del fondo buitre Blackstone. El mercadillo, como espacio de relación entre comercio y vecindario, se nos muestra como un contraste a las grandes operaciones comerciales en marcha en la ciudad.

En solo un pestañeo, con el relato de los desahucios en la retina, pasamos directamente a las cuatro torres. Se evidencia que esta ciudad no es tan solo altamente desigual, sino que los contrastes, en pocos metros, pueden ser muy fuertes. Aquí oímos nombres de grandes constructoras y bancos, y sus deseos de expandirse en vertical con nuevas torres, y en horizontal extendiéndose al otro lado de la castellana y hacia el norte, en la denominada operación Chamartin.

Esta operación soluciona las necesidades contables y financieras de su mayor promotor, el BBVA. El Ayuntamiento entrega unos suelos mayoritariamente públicos (Adif, Canal de Isabel II, EMT) al mejor postor y le prepara la alfombra roja del gasto público y las modificaciones de planeamiento necesarias para el negocio. El boom de la construcción redivivo.

Rodrigo Calvo expone en este punto del recorrido las lineas de trabajo que se plantean en el programa de Ahora Madrid para trabajar a partir del 25 de mayo las grandes operaciones especulativas en marcha. La revisión y auditoría de todas ellas y el rediseño de esas partes de la ciudad con amplia participación ciudadana y poniendo en primer lugar a las personas. También hace mención al “Pacto contra la especulación y por el derecho a la ciudad en Madrid”, también suscrito por Ahora Madrid.

Al llegar al barrio de Hortaleza, dos vecinas del huerto comunitario de Manoteras, Enara Matilla y Laura García, explicaron su funcionamiento como experiencia pionera en Madrid. La red de huertos urbanos de Madrid, que ha inducido al consistorio a legalizar 16 de los más de 40 huertos existentes, consiste en la creación de una red metropolitana de huertos urbanos en solares abandonados bajo régimen de cesión u ocupación transitoria. Señalaron también la relación directa con las instituciones educativas de cada barrio así como las barreras con las que se encuentran a la hora de recibir el suministro de agua, dotación fundamental en el caso de los huertos y no siempre garantizada por el ayuntamiento.

Las vecinas hortelanas pusieron en valor la red de apoyo mutuo existente, no solo entre los huertos cedidos por el ayuntamiento, sino también entre otros huertos que están en tramites de regularización u ocupados. Se resalta en especial la relación del huerto comunitario de Manoteras con el cercano huerto de Villa Rosa, que no cuenta con las facilidades del primero pero tiene una mayor tradición en el barrio.

Una parada especialmente significativa fue la del barrio de San Fermín, en la que el círculo de Podemos San Fermín y el de Orcasitas, miembros de la asociación de vecinos y el Albergue de San Fermín recibieron a la comitiva y explicaron las diversas problemáticas del barrio, entre las que se encuentran la emanación contaminante de la depuradora, el recorte en zonas verdes en el distrito, el retraso en algunos proyectos importantes como la biblioteca (cuya obra aún no ha empezado) o el escaso flujo de transporte público. Víctor Renes señalo la falta de conexión entre las infraestructuras pensadas a nivel metropolitano con las necesidades de las personas del barrio, así como el histórico olvido que este barrio ha padecido por parte del Ayuntamiento. Solo la lucha vecinal ha mantenido ciertas condiciones de vida.

Por la M-40 pasamos por la Peineta, cuyo acceso por metro, la estación Estadio Olímpico, da cuenta del fracaso del proyecto megalómano y desvinculado de la realidad que inició Gallardón y continuó Botella. Buscando una integración en la ciudad, se ha convertido en parte de la operación especulativa Mahou-Calderón y, finalmente, acompañado de su vecino el Parque Acuático, en un sumidero sin sentido de recursos públicos.

Más al sur y más al este, la Cañada Real, símbolo del desequilibrio social y del desentendimiento de las administraciones durante décadas que ha dado lugar a una compleja situación. Lindando con la Cañada, los PAU de Los Cerros, Los Ahijones, Los Berrocales y Valdecarros, símbolo del fracaso del Plan General de 1997 y de la apuesta suicida por el crecimiento ilimitado. Cerca de 100.000 viviendas previstas en la llamada Estrategia del Sureste que nunca llegaron a levantarse, aunque el territorio sí ha sufrido la herida del comienzo de las obras de urbanización, truncadas por el colapso inmobiliario y por la anulación del Plan de 1997 que desprotegía indebidamente los suelos que protegía el Plan de 1985. Ahora queda resolver este desastre y decidir colectivamente qué hacer con estos paisajes, devastados unos y aún valiosos otros.

Pasamos al Parque Lineal del Manzanares, solo parcialmente intervenido, inacabado en su idea original y discutido no tanto por lo que es, sino por lo que representa de oportunidad perdida y “obra sobre plano”, decente a la vista pero poco relacionada con las necesidades de su entorno inmediato. Es el acceso más amable al barrio de San Fermín, un islote tradicionalmente abandonado por la administración cuyo desarrollo y mejoras debe más a su comprometido tejido vecinal que a la voluntad política. En él conviven, frente a frente, el Albergue de San Fermín (un proyecto comunitario gestionado por los vecinos, que lo obtuvieron del Ayuntamiento tras años de luchas y denuncias por el abandono del barrio y de su vecindario) y la Caja Mágica, uno de los ejemplos más tristes de un urbanismo banal y depredador de recursos públicos y fallido, puesto que no es capaz de entrar en relación con su entorno ni es capaz, siquiera, de convertirse en un proyecto rentable. Las dos caras de San Fermín, el vecindario tradicionalmente empobrecido -marcado por desahucios y ventas de pisos de la EMVS a fondos buitre- y el nuevo vecindario atraído por los procesos de nueva urbanización, conviven en la incomprensión de la costosa infraestructura que les vuelve la espalda y les niega su uso.

Otro de los lugares visitados fue la “Colonia experimental” en Villaverde, en el que casi un millar de personas habitan viviendas de entre 25 y 60 m2 y con un entorno degradado en muchos sentidos, tal y como señalaba Fernanda Alonso, vecina del lugar, y Julio Alguacil, de la asociación de vecinos “La incolora“. Se trata de verdaderas infraviviendas aquejadas de mala construcción, nulo mantenimiento y limpieza en el entorno, inundaciones, etc. Además concurre el agravante de que existe una denuncia vecinal al IVIMA con sentencia favorable del Tribunal Supremo en 2005 que obliga al IVIMA a la rehabilitación de las viviendas y el entorno. El Ayuntamiento acordó apoyar a los vecinos en las negociaciones con el IVIMA, pero incumplió el acuerdo.

En Villaverde vemos años de luchas vecinales, como el Movimiento por la Dignidad del Sur, que han conseguido compromisos e inversiones en los barrios del distrito desde la administración local y autonómica. Oimos relatos de muchos de los compromisos, convertidos en incumplimientos que se componen en una trayectoria de abandonos y olvidos de las necesidades del distrito. La exclusión de los procesos urbanos, la segregación territorial y la concentración de problemas sociales son mucho más que una sensación, son un hecho objetivo, tal como muestran diferentes indicadores socioeconómicos, muy por debajo de la media de la ciudad.

El incumplimiento más reciente es la operación que afecta a las parcelas del Cuartel de Ingenieros, cuya salida al mercado libre pasa por encima incluso de las propias condiciones de venta acordadas por su anterior propietario, el Ministerio de Defensa.

La Nave Torroja-Boetticher, parcialmente rehabilitada, ha sido reiteradamente objeto de inauguraciones desde el año 2007. El proyecto de “catedral de las nuevas tecnologías” está varado porque el objetivo “regenerador” del edificio pasa por su entrega a un mercado que no manifiesta, hasta hoy, mayor interés por la ganga, un interés que sí tienen los vecinos y vecinas, con quienes, por el contrario, no se ha contado para pensar y decidir el uso de este edificio histórico.

Las amenazas sobre este vecindario abandonado por la administración se expresan particularmente en el caso de la Colonia Experimental, donde tanto Comunidad de Madrid, que estafó a sus inquilinos, como Ayuntamiento, que hace oídos sordos, incumplen las obligaciones de rehabilitar unas viviendas en estado crítico donde habita un millar de personas.

La última parada se realizó en el entorno de la Operación Campamento, en uno de cuyos desarrollos los vecinos exigen dotaciones públicas inexistentes en el distrito. En la otra parte se pide mantener la protección del corredor ecológico del sureste amenazado por el proyecto del empresario Wang-Lin, y su desarrollo como corredor entre la casa de campo y el exterior de la ciudad hasta Alcorcón, permitiendo también el desarrollo de una bolsa de suelo agroecológico en la ciudad.

Ahora Madrid pretende poner así el acento en el fracaso de las políticas municipales en la periferia de la ciudad, que han condenado a miles de personas a vivir en situaciones lamentables, muy poco conocidas por los habitantes del centro y totalmente ignoradas por parte del consistorio. Además, como firmantes del pacto contra la especulación, Ahora Madrid se compromete a poner freno a la especulación en la ciudad.

La ruta ha supuesto una vuelta casi completa por la ciudad a través de distritos periféricos y, además de un acto de campaña electoral, ha supuesto motivo de encuentro y entendimiento entre visiones de los problemas de la ciudad, entre madrileñas y madrileños, asociaciones ecologistas, defensoras del patrimonio y otros agentes activistas de lo urbano.

Una vez terminado el recorrido, vecinas de Campamento nos agasajaron con un delicioso aperitivo, y quedamos emplazados a seguir caminando y haciendo mejor esta ciudad.

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